El huracán Milton, tras haber tocado tierra el miércoles por la noche, se ubicaba aproximadamente 90 minutos después a unos 30 kilómetros al noreste de Sarasota, según el informe más reciente del Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos. A medida que avanzaba hacia el este-noreste a una velocidad de 26 kilómetros por hora, la tormenta había disminuido su intensidad, degradándose a un huracán de categoría 2. No obstante, mantenía vientos máximos sostenidos de 175 kilómetros por hora (110 mph), lo que seguía representando una amenaza significativa para las áreas afectadas.
A pesar de la disminución en la fuerza de los vientos, Milton no dejó de ser peligroso. El Servicio Meteorológico Nacional emitió una declaración de emergencia por inundaciones repentinas para la Bahía de Tampa, que incluía a ciudades importantes como St. Petersburg y Clearwater. Esta declaración es una de las más graves emitidas por el servicio meteorológico, ya que indica que las lluvias extremadamente intensas estaban causando una amenaza inmediata para la vida humana. Además, las autoridades alertaron sobre los daños catastróficos que las inundaciones repentinas ya estaban generando o que pronto se producirían.
Generalmente, este tipo de anuncio se emite cuando los funcionarios de emergencia reportan un rápido aumento en los niveles de agua, lo cual puede desencadenar rescates o evacuaciones inmediatas.
Te puede interesar: Lo que se sabe hasta el momento del huracán Milton
Alrededor del momento en que Milton tocó tierra, cerca de 780,000 clientes en Florida se quedaron sin suministro eléctrico, de acuerdo con el sitio web especializado PowerOutage, que monitorea interrupciones de energía en tiempo real. Esta cifra ilustra el alcance masivo de los daños que la tormenta comenzó a generar en las infraestructuras locales.
Además, el Centro Nacional de Huracanes advirtió sobre peligrosas marejadas ciclónicas en ciudades a lo largo de la costa oeste de Florida, como Fort Myers, Sarasota, y Tampa. Estas marejadas, causadas por la fuerza del huracán, pueden elevar el nivel del mar hasta 4.5 metros por encima del nivel del suelo, lo que representa un riesgo grave de inundaciones y destrucción a lo largo de la costa.
El huracán Milton no solo es una amenaza inmediata para las comunidades costeras, sino que también resalta la vulnerabilidad continua de Florida durante la temporada de huracanes. Este es el segundo huracán que golpea el estado en menos de dos semanas. El pasado 26 de septiembre, el huracán Helene, un fenómeno de categoría 4, impactó el noroeste de Florida y dejó una estela de destrucción a su paso por seis estados del sureste de Estados Unidos. Este evento resultó en la muerte de más de 250 personas, consolidando a Helene como una de las tormentas más mortales y devastadoras de la temporada.
Milton, por su parte, se formó en el Golfo de México el fin de semana anterior a su llegada a Florida. La tormenta mostró una rápida intensificación, alcanzando en dos ocasiones la categoría 5 en la escala Saffir-Simpson, que mide la intensidad de los huracanes. Este fenómeno meteorológico se fortaleció mientras avanzaba hacia el estado de Florida, descargando fuertes precipitaciones en la península de Yucatán, al norte de México, antes de encaminarse hacia la costa estadounidense.
Los efectos de la tormenta no solo se limitaron a Florida. La fuerza de Milton y su vasta extensión afectaron indirectamente a otras áreas del Golfo y generaron advertencias meteorológicas a lo largo de la costa este de los Estados Unidos. La capacidad del huracán para intensificarse en tan corto tiempo ha sido motivo de análisis por parte de expertos, quienes señalan que las condiciones del clima global y el calentamiento de las aguas del Golfo de México han podido contribuir a la rapidez con la que Milton escaló a una tormenta de máxima categoría.
En cuanto a las medidas de respuesta, las autoridades de Florida han instado a la población a evacuar las áreas más vulnerables, especialmente aquellas en la trayectoria directa de la tormenta. Los refugios de emergencia están preparados para recibir a miles de personas, y se ha movilizado personal de emergencia para gestionar los rescates que puedan ser necesarios durante las próximas horas.
El gobernador de Florida ha emitido declaraciones urgentes, subrayando la necesidad de tomar en serio las advertencias meteorológicas y de actuar de manera rápida. La experiencia reciente con el huracán Helene ha mostrado que la falta de preparación puede tener consecuencias fatales, y las autoridades están decididas a minimizar las pérdidas humanas en esta ocasión.
El huracán Milton sigue representando una amenaza significativa a medida que avanza hacia el interior del estado, y las autoridades continúan monitoreando su trayectoria y posibles cambios en su intensidad. La preparación y la respuesta inmediata son clave en este momento, y tanto los servicios meteorológicos como los organismos de emergencia han hecho un llamado a la población para que se mantengan informados y sigan las instrucciones de evacuación en caso de ser necesarias.
Este evento sirve como un recordatorio más de los riesgos que enfrenta Florida durante la temporada de huracanes, que aún no ha concluido, y de la necesidad de mantener la vigilancia ante posibles futuras tormentas que puedan formarse en las próximas semanas.